Inversiones de renta variable

Construir la cartera de inversión “perfecta” puede ser difícil, especialmente con tantas opciones existentes, como las inversiones de renta fija y renta variable. Sin embargo, tanto los productos de renta variable como los de renta fija pueden ser sólidos componentes de tu cartera de inversión. Al fin y al cabo, cada uno de ellos puede ayudarte a avanzar, de formas distintas, en tu estrategia global. Te compartimos los pros y los contras de cada uno y su comparación.

 

¿Qué son las inversiones de renta fija?

Las inversiones de renta fija son aquellas que pagan regularmente una cantidad determinada. Normalmente, estas inversiones se presentan en forma de bonos, como los bonos del gobierno o corporativos.

En este caso, el inversionista compra un título de deuda y recibe a cambio pagos regulares de intereses. Normalmente, los pagos de intereses se realizan cada seis meses, aunque también pueden pagarse trimestral o mensualmente. Los bonos tienen una fecha de vencimiento, en la que se devuelve el capital al inversionista.

 

 

inversiones de renta fija

 

 

Los bonos suelen ser menos arriesgados que la renta variable y, por lo tanto, tienden a tener una rentabilidad menor. Sin embargo, suele haber menos riesgo cuando se invierte en productos de renta fija. Aquellos que buscan rendimientos constantes, incluso como una pequeña parte de su cartera, suelen buscar en las inversiones de renta fija un rendimiento fiable.

 

 

¿Qué son las inversiones en acciones?

Las inversiones en acciones dan al inversionista la propiedad de una empresa que cotiza en bolsa, normalmente en forma de acciones. Aquellos que invierten en renta variable también pueden comprar acciones de un fondo de inversión o de un fondo cotizado en bolsa (ETF). Estas inversiones se negocian en bolsas como el NYSE y el Nasdaq y pueden adquirirse a través de agentes de bolsa.

Las inversiones en acciones pueden tener ciertas ventajas que a menudo las hacen atractivas para los inversionistas. Por ejemplo, las acciones pueden tener un alto rendimiento de la inversión (ROI). Además, algunas acciones pagan regularmente dividendos a los inversores, de forma similar a los pagos de intereses de los bonos. Otra ventaja de las acciones es que las acciones ordinarias, que son las que compran la mayoría de los inversores, tienen derecho a voto.

Pero las acciones también tienen sus inconvenientes. Pueden ser bastante volátiles, haciendo que el valor de las carteras de inversión se reduzca considerablemente cuando la economía está en dificultades. También pueden darse otros riesgos, como que las empresas dejen de cotizar en bolsa.

Otra desventaja de las acciones, según su estrategia, es que muchas de ellas no pagan dividendos. Para esas acciones, no hay rendimientos hasta que se venden, dejando a sus inversores sin ingresos mientras tanto.

 

 

Invertir en acciones

 

 

¿Invertir en renta fija o en renta variable?

Tanto las inversiones de renta fija como las de renta variable tienen sus pros y sus contras. Sin embargo, esto no significa que una sea adecuada para un tipo de inversionista y la otra para otro. Ambas pueden ser útiles para casi cualquier inversor, pero el papel que desempeña cada una dentro de su cartera puede variar en función de tu situación y estrategia general.

Por ejemplo, la renta variable puede tener un mayor potencial de grandes rendimientos que las inversiones de renta fija, pero también puede ser más arriesgada. Estas consideraciones significan que tienden a ser más favorables para los inversionistas más jóvenes que tienen más tiempo para esperar la volatilidad. Pero incluso los inversores más jóvenes pueden querer invertir en algunos valores de renta fija para reducir la volatilidad de su cartera.

Asimismo, los valores de renta fija tienden a ser adecuados para los inversionistas jubilados o próximos a la jubilación. Esto se debe a que realizan pagos de intereses constantes y predecibles. Los inversionistas de edad avanzada no suelen tener años para esperar los altibajos. Sin embargo, incluso aquellos que están jubilados pueden querer mantener parte de su cartera invertida en acciones.

 

 

 

Como conclusión, las inversiones de renta fija pagan un interés regular y tienden a tener menos riesgo, lo que las hace favorables para las personas con aversión al riesgo.

La renta variable, por el contrario, puede tener un alto rendimiento, pero también tiende a ser más arriesgada. Además, las acciones no suelen pagar intereses regulares. Teniendo en cuenta sus pros y sus contras, ambas inversiones pueden tener lugar en tu cartera de inversiones.

 


 

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